TODO LO QUE DEBES SABER SOBRE LA LEISHMANIOSIS

 

¿QUÉ ES LA LEISHMANIOSIS CANINA?

La leishmaniosis es una enfermedad infecciosa causada por un parásito denominado Leishmania infantum. Además, es una zoonosis, esto significa que es una patología compartida por perros y humanos.

La transmisión no puede realizarse por contacto directo entre hombre-animal, sino a través de insectos vectores, los flebotomos, que infectan al perro.

Así pues, la leishmania llega a nuestro perro a través de la picadura del flebotomo, quien inocula el parásito cuando recibe su picadura, y lo traslada de un animal a otro en su aparato bucal.

A través del torrente circulatorio llega a las células, provocando daño en los diferentes y múltiples tejidos afectados.

 

EL PARÁSITO: FLEBOTOMO

El flebotomo es un insecto muy parecido a los mosquitos, pero realmente es una mosca, más pequeña que un mosquito.

Aunque casi no se ven en los meses de frío, el flebotomo se ha adaptado al clima mediterráneo y se puede decir que está presente durante todo el año, por lo que el riesgo de contagio existe siempre, aunque su presencia es más abundante en los meses cálidos (desde mayo hasta octubre).

Esta mosca suele criar en sitios oscuros y húmedos con restos de materia orgánica.

Se alimenta de fuentes naturales de azúcar, pero las hembras de flebotomo necesitan además ingerir sangre para poder desarrollar y madurar sus huevos.

 

SIGNOS CLÍNICOS

No todos los perros infectados con Leishmania desarrollarán la enfermedad, ni todos los que la desarrollen tendrán los mismos síntomas. Puede que algunos se muestren asintomáticos siempre, otros verán afectados tejidos no vitales, sin embargo otros manifestarán problemas graves que pueden llegar a ser fatales.

 

Entre los signos clínicos más frecuentes destacamos:

  • Pérdida de peso o de apetito
  • Letargia
  • Linfadenopatía o inflamación de ganglios linfáticos
  • Lesiones en piel
  • Fallo renal
  • Onicogrifosis o sobrecrecimiento de uñas
  • Cojeras
  • Epistaxis o hemorragia nasal
  • Lesiones oculares

 

 

 

¿ CÓMO LA PREVENGO?

INSECTICIDAS

El uso tópico de insecticidas repelentes es fundamental como primera barrera defensiva para prevenir esta enfermedad. Con esto reduciremos el riesgo de picadura, y por tanto así, la inoculación del parásito y el riesgo de transmisión de la enfermedad en perros sanos, transmisión a otros perros y controlar la re-infección.

Existen tres formas de aplicación fundamentales:

  • Pipetas: su efecto protector se inicia a las 24-48 horas de su aplicación y dura 3-4 semanas.
  • Collares: la protección se inicia 7 días después de su aplicación y dura de 6-8 meses.
  • Aerosoles: la protección que ofrecen es inmediata, pero de corta duración.

 

VACUNACIÓN

 

Los estudios indican que la vacunación sería la estrategia de control más eficaz. Inducen una fuerte respuesta inmunitaria que evitaría el desarrollo de la enfermedad. Pero hay que saber que ninguna vacuna ofrece seguridad total frente a ninguna enfermedad. Por eso, sigue siendo necesario realizar análisis periódicos a nuestros animales para asegurarnos de que no se ha contagiado.

Además, esto tampoco significa que no tengamos que seguir protegiendo con insecticidas.

 

¿TIENE TRATAMIENTO?

La Leishmaniosis tiene varios tipos de tratamiento, pero hay que saber que es una enfermedad crónica, lo que significa que no tiene cura definitiva.Estos tratamientos llevan a una mejora de la salud del animal pero que no logran erradicar el parásito.

Hay animales que no necesitarán medicación de por vida, los cuales pueden llegar a viejos y morir por otras causas no relacionadas con la leishmania. Otros sin embargo, necesitarán recibir tratamiento de por vida y seguimientos médicos exhaustivos. Además, en esta enfermedad las recaídas son frecuentes y difíciles de tratar, por lo que, si tu perro es diagnosticado de leishmania en algún momento de su vida, debería ser revisado por un veterinaria con frecuencia para detectar alteraciones relacionadas de forma precoz.