Meter a tu dulce gatito en un trasportín puede no ser tarea fácil y es posible que acabe en una fatídica pelea en la que, por supuesto, tú vas a ser el perdedor.
A los gatos, no hay que forzarlos a hacer cosas que no quieran ya que, en el momento o con el tiempo eso va a ser contraproducente.
Lo que tenemos que hacer, es transformar o convertir aquello que pretendemos que hagan, en algo divertido o por lo menos normal/cotidiano para ellos.
Con el ejemplo del transportín, es normal que no se quiera meter en una caja minúscula, con olor a pánico y que sabe que sólo sirve para ir al veterinario.
Consejos para que el gato se acostumbre al transportín
Tener el transportín siempre disponible y colocarle dentro juguetes ( o alguna mantita que le guste) para que lo pueda emplear de guarida.
Poner el transportín cerca de su zona de descanso y sin la puerta.
A medida que se vaya acostumbrando, se puede añadir la puerta del transportín dejándola abierta.
Para hacer el trasportín más “atractivo”, lo podemos rociar con feromonas felinas por dentro y por fuera una vez al día cada día.
Si a pesar de estos consejos el gatito no se mete voluntariamente , una forma de hacerlo es poniendo el transportín de pie y metiendo al gato también de pie, empezando por el rabo y patas traseras. Si lo intentamos meter de frente, es bastante probable que tu pequeño michi se abra de patas haciendo físicamente imposible la tarea en cuestión.
Aquí os dejamos un enlace del Hospital Veterinario Gattos en el que muestran esta técnica:
Si ya se consigue meter al transportín sin problemas, el siguiente paso es que esté tranquilo en el trayecto.
Consejos para los viajes
15 minutos antes de introducirlo en el transportín, se debe rociar con feromonas su interior.
Rociar también con feromonas una manta o toalla para cubrir el transportín una vez esté cerrada la puerta.
El efecto de las feromonas dura 4-5 horas, así que se puede repetir su aplicación si el viaje va a durar más tiempo.
También es importante asegurar con el cinturón de seguridad el transportín para que no se balancee.